EL SAN

No es el san apócope de Santo, ni San el rey del judo. El San no es más que una manera de ahorrar, de juntar unos chelitos y hasta de ganarse algo de dinero de los que lo llevan con interés.

Consiste en que un grupo de personas X de personas regularmente mayor o igual a 5 aportan mensualmente, quincenalmente, semanalmente o diariamente (depende de cómo se lleve el san) una cuota fija de dinero y en cada entrega siempre hay una persona que le toca todo lo recolectado, que al final del período será lo mismo que habrá pagado. Regularmente el que lleva el san (recolector de dinero, siempre le toca el primero)

Esto es para cultura general, pero todos saben lo que es un SAN carajo.

Cuando a usted se mete en un san, es porque quiere comprar algo, ahorrar un dinerito o simplemente salir de una deuda. Esta última es buena siempre y cuando te cobran intereses, tú llevas el SAN, cobras el primer número, saldas la deuda que tenías prorrateada a varias cuotas (compuesta por interés y capital) y te ahorra una buena parte de los intereses.

Cuando llega tu número te sientes contento, sientes un alivio, una paz y regocijo, pues has estado esperando ese día con ansias. Luego disfrutas al máximo esos chelitos, pero una vez que se acaban y al san le faltan varios pagos, cada vez que tienes que soltar esos chilitos te da hasta dolor de cabeza. Nada más vives diciendo:

Coño ese maldito san del diablo, cuando es que se va a acabar.

Esos días de parecen eternos, hasta que por fin se terminó el jodío san ese, pero los chelitos que tenías destinado al San ahora tu lo destinas para otra cosa, te metes en varios liítos más, hasta que vuelves y te metes en otro san del diablo.

Y lo bueno es cuando tu agarras y te pones a llevar un san en la oficina, cobraste tu primer número, pagaste el segundo a un fulano que a la semana después lo cancelaron, se fue y tu ni cuenta te diste por estar cagando, y después no aparece por parte para pagarte los cuartos en cada entrega. Ahí si duele, te da un maldito dolor de cabeza que dura más que el de las mujeres cuando no quieren saber del marido y éste le pide un chin por las noches.

Entonces pasa a ser tú ahora deudor de todos los que están en el san que no han cobrado, es decir, que se te duplica la cuota en cada entrega pero tu nada más recibiste lo que te correspondía a ti. Te pasa como el dicho aquel “Pelando para que otro chupe”.