COÑO, CAGANDO

Desde muy pequeño, bueno desde muy joven pues no soy muy grande, coño y cagando (también en otras denominaciones como coñazo y cagar) han sido unas de mis palabras favoritas. Coño se puede usar en múltiples circunstancias como por ejemplo.

Cuando tu sales de la bañera y resbalas dices “COÑO”

Cuando te dicen mira a fulano le dieron un coñazo que lo dejó medio loco, dices “COÑO!”.

Cuando te tropiezas con el dedo pequeño de los pies con una esquina o un mueble dices “COÑO!” “COÑO!” “COÑO!”

Cuando estás estreñido y te la pasas pujado “COOOÑÑÑÓ”

También tenemos cuando apoyamos esta palabra con otras para completar una frase, como por ejemplo.

Cuando te está peleando la mujer “COÑO NO JODAS” o “COÑO TU SI JODES”

Cuando se te atraviesa una OMSA o un carro público EL COÑO DE TU MAI.

Cuando sales con la novia y te pierdes en el camino te dice “COÑO, TU SIEMPRE TE PIERDES”

Y así por el estilo, pero CAGANDO es una palabra que denota mucha fuerza, empuje, ejercicio mental y esfuerzo. Denota tanta fuerza que a veces hasta suspiros de alegría cuando por fin votas el tapón que tanto te hizo sudar, sentado en el súper tazón que siempre te espera frío pero que te molesta cuando quieres meditar con él y alguien te cogió adelante y tu como bobo recurres a pararte cerca de la puerta no sin antes cruzar los pies en forma de tijera voceándole al que está adentro, “COÑO, APURATE”.

Esta palabra me gusta tanto, que no la puedo sacar de mi subconsciente, pues cuando me preguntan por alguien y no se donde está siempre doy la misma respuesta “CAGANDO”. Es que nosotros funcionamos a veces como autómatas que respondemos sin darnos cuentas, yo por ejemplo a todo el que no me le se el nombre lo llamo JULIAN a que viene eso, no se o como cuando me cuentan algo asombroso que esperan que tu digas OMAIGÁ (Oh! My God) yo respondo automáticamente GRAN COSA CHICHO.

Pero que COÑO le vamos a hacer, cotorra vieja no aprende a hablar.