El Rincon del Mega

martes, agosto 23, 2005

La cotorra

El jueves pasado salí del trabajo a eso de las 8:00 PM, esa noche me sentía como relax, bien, como despreocupado, en fin. Me paro en el semáforo de la Leopordo Navarro con 27 de Febrero (al lado de Caribe Tours). Andaba con los dos cristales delanteros abajo, cosa rara en mi, pero como les dije, sentía una paz interior y necesitaba estar en contacto con el aire natural.

Antes de llegar a pararme empiezo a limpiar el cristal y cuando detengo el carro, a mi derecha en la isleta que divide las vías, está un limpiador de cristales y un vendedor de flores. El primero al ver que ya yo había limpiado el cristal me dice: “Pai, dame algo”; esa noche ya yo había cobrado y solo tenía billetes enteros. Busco en el carro donde a veces dejo un menudo, pero no encuentro nada. Siempre mi hermana me atraca el menudo. Le digo al chamaco que será en otra ocasión, que no tengo menudo pero que si tuviera le hubiese dado. El chamaco lo entendió.

El vendedor de flores se me para al lado y me dice: “toma llévale una a tu esposa”. Yo lo miro a los ojos, me río y le digo:
Yo: “Pana yo estoy divorciado”.
El: Pero llévale una para que te reconcilies.
Yo: Ya no hay reconciliación y no eso no está en mis planes.
El: Entonces llévasela a tu novia.
Yo: No tengo.
El: Pero tu debes de tener a alguien a quien llevársela.
Yo: Oye, aunque quisiera no puedo, no tengo menudo, en otra ocasión será.

El semáforo me da mi luz verde y sigo mi trayecto, elevado, túnel, San Vicente de Paúl. Como les dije en días pasado, iba en ruta a GameWorks. Me paro en el mamífero de la San Vicente con Carr. Mella y se me para al lado otro vendedor de rosas, pero este siempre que me ve, me empieza a dar la cotorra. El es joven y no creo que llegue a los 18 años, el caso es que en ocasiones anteriores me había siempre abordado cuando yo andaba con alguien y me decía “Toma, regálale una a ella.”. Yo que no soy muy amante a estar comprando rosas, siempre le respondía con lo mismo. “Pero tu a tu hermana no le regala rosas”
EL: Claro que si.
Yo: Pues yo no.
El: Entonces llévasela a ese ser especial que quieres.
Yo: Yo no tengo a ese ser que tú dices.
El: No seas así, entonces llévasela a tu mamá.

Ese día cuando me abordó la primera vez, yo baje el cristal y lo que quería era relajar un poco al muchacho, pero mi amiga, quien fue la que me enchinchó (como decimos) se sintió mal después que el tipo me dijo, toma, te la regalo para que se la regales a ella. Diablo que psicología. Entonces ya tenía luz verde y le dije “No, yo cuando la regale, será porque te la compre, y no puedo aceptar ese regalo”.

Pero el tipo es un vendedor, me sentí hasta raro ese día, pues yo lo que quería era relajar un chin, y la sinceridad y la forma de vender del carajo me conmovió. En fin esa fue la primera vez, después en otras ocasiones siempre intentaba, pero yo le hacía señas sin bajar el cristal. Este día, para volver con la historia, como andaba con los vidrios abajo, se me puso al lado y me dijo:
EL: toma hoy si te llevas una.
Yo: No mijo, es que a quien se la voy a llevar.
El: Tú sabrás.
Yo: Mira, en realidad no tengo dinero menudo.
El: No relaje, toma, nada más me quedan estas.
Yo: Mira, es en realidad, no tengo menudo y meto la mano el bolsillo y saco el forro en blanco.
El: Esta bien, llévatela y me la pagas después.
Yo: De acuerdo y tome la rosa.

La puse en el asiento trasero y me puse a pensar a quien se la iba a dar, me dije, bueno si me encuentro con alguna de mis amigas en GW se la doy, pero ese día no vi a ninguna y me dije claro!!!!, que mejor mujer que mi madre y se la llevé. Qué sorpresa para mi mamá, habrá pensado “ay!, mi hijo se está volviendo loco”. Bueno, he pasado por ahí ya en varias ocasiones buscando al chamaco para pagarle, pero no lo he visto. Espero hoy poder encontrarle y creo que estoy cambiando mi manera de ver eso como una cursilería lo de regalar rosas, son detalles bonitos.

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