LA LIGA

A la verdad que los políticos de este país son los principales violadores de las leyes, trafican con influencia, modifican el pedazo de papel llamado constitución, crean botellas, el nepotismo es parte de su vida cotidiana y violan la fe depositada en ellos cuando los eligen para un cargo público.

Cada cuatro años tenemos el mismo relajo para elegir a la persona que presidirá la Liga Municipal Dominicana. Los últimos dos, el sr. Amable Aristy Castro, quien esos dos últimos períodos ha renunciado al cargo de Senador por la provincia de la Altagracia para irse a manejar la LMD, ahora pretende hacer lo mismo y lo bueno del caso es que la voluntad popular del pueblo de Higuey lo sigue eligiendo a sabiendas de que no los representará como Senador.

Si la LMD es un tremendo cargo, si es tan importante para el político, si por estar al frente de esta institución se manejan recursos que dan y sobran para complacer los caprichos politiqueros de algunos que llegan a la soberbia de comprarse helicópteros, si es tan bueno, porque la Junta Central Electoral no lo pone en una de las boletas electorales y así acabamos con la misma mierda de ¿Quién tiene que encabezar dicha institución? O mejor aún ¿por qué no la eliminamos?

Otra cosa que me molesta de sobremanera es que el Senador que deja el cargo, tiene el derecho de dejarlo en las manos de quien le parezca, incluso, de alguien que ni siquiera viva en la provincia que representa como es el caso ahora de el mismo Amable que quiere dejárselo a Johnny Jones quien perdió ese cargo en las elecciones pasadas, pero en representación del Distrito Nacional.

No se supone que en la contienda electoral participan N candidatos por un mismo cargo, de diferentes partidos, entonces lo más lógico que yo entiendo es que si un senador o diputado abandonan su cargo, éste debe ser ocupado por la persona que quedó en segundo lugar en la votaciones, no por quien ellos le de la gana.

Para mí la sustitución de un vago por otro de manera arbitraria, es una falta de respeto y una violación a las leyes, aunque la misma no la penalice.